sábado, 19 de septiembre de 2009

Poético Subterráneo







No hay mayor símbolo de dependencia humana que los barrotes de un subterráneo.

Todos se agarran de esos tubos metálicos.

Hasta el más malo de los hombres busca algún tipo de apoyo en ellos para no caer frente a los demás.

Es de tarde. Por encima del asfalto, las bocinas. Unos metros más abajo, una masa de cuerpos desahuciados sueña con un libro nuevo, desestructurado.

La admirada y malgastada fortaleza declina velozmente para ser recordada como la debilidad visible del mundo.





Esteban Lamarque



Cuadro: After Office en el subte - "Oscar Quiroga" (GRACIAS)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Casa Vacía









Un vacío, un enorme vacío. O talvez, un rincón de una casa que no está vacío. Un hombre, o mejor dicho un cuerpo, sumergido en impulsos desmedidos, cauteloso, estudia los pasos de sus próximas pequeñas víctimas.

El espacio es frío, oscuro, y él se encuentra ahí. No hay posibilidad alguna de ignorar una presencia de tal magnitud, que no encierra, sino que abre a cada uno de los presentes su realidad.

Con absoluto conocimiento y percepción a cerca del tipo de espectador que puede llegar a rodearlo, sabio, nos promulga y decreta como “posibles interesados en los pormenores de sus mayores crueldades”. Y es ahí dónde me hago un espacio para la reflexión personal.

Muchas veces, en nuestras ocupadas vidas de estudiantes, trabajadores, profesionales nos cruzamos con realidades que nos sublevan, con situaciones que nos descolocan, y en lugar de preocuparnos por el fondo de esa cuestión, ansiosamente, nos ocupamos de indagar a cerca de cada detalle de esa realidad ajena. Sí! Perfecta estrategia para cubrir ese tiempo de silencio. Silencio generado por el impacto del saber que existe una realidad de fondo, que ya no puede sostenerse. Optamos por evadirla, por no hacernos cargo de ella.

“Casa Vacía” se manifestó en mí como una sucesión de imágenes, llenas de contenido no visual. La música de un teclado antiguo, el ladrido de un perro que se entrecruza con el único sonido generado por los pasos de aquel cuerpo. La adaptación función a función de lo que sucede en el afuera, y el adentro de esta obra, es un gran ejemplo. Ejemplo del querer estar presente, sin evadir realidades, haciéndome cargo en primera persona de lo que sucede.

Actor: Gaston Abel Rodriguez